lunes, 20 de junio de 2016

EL DINERO COMO ENERGÍA DIVINA


El dinero siempre ha sido motivo de desavenencias, encuentros, desencuentros, odios, rivalidades, amor y desamor entre los humanos. Muchas emociones y sentimientos se han asociado con él. ¿Pero qué encanto o desencanto tiene el dinero para propiciar entre las personas semejante comportamiento?  Esto pasa porque todavía a estas alturas muchas personas no entienden que el dinero es parte de la energía vital divina. Dios es la abundancia y nadie debería carecer de nada. Existen muchos muros mentales que impiden la fluidez de dinero en nuestras vidas. Muros cristalizados como el diamante que venimos acarrando a nuestras espaldas  como fardos pesados y que hacen de nuestra vida un verdadero martirio. Qué difícil es entender para nosotros los humanos que el dinero es la Presencia de Dios en la tierra. ¿Qué memorias tenemos que sanar para que este fluya? Nuestros ancestros y familia inmediata decían que eran pobres pero honrados, como si la riqueza estuviese reñida con la honradez. O sea los pobres son honrados y los ricos no. Esas memorias de escases hay que erradicarlas definitivamente. Somos  parte de la creación maravillosa de Dios y no debemos  tener falsos pensamientos ni ideas erróneas. Limpiar y borrar lo que no esté en orden con la ley Universal de la Abundancia y el Amor. Nacimos para ser  felices, sanos, prósperos y plenos. No tiene sentido que suframos durante toda la vida ya que al nacer fuimos provistos de todo para nuestro desenvolvimiento armónico con el Universo. Pidamos, reclamemos, decretemos la abundancia. Esa es la clave y agradecer todo el día por las bendiciones de la divinidad. Esta herramienta, arte, enseñanza de vida  llamada Ho’oponopono, funciona  porque es Ley Divina y nos lo han repetido hasta la saciedad desde tiempos remotos. Dad gracias al Señor  porque Él es bueno, porque es eterna su misericordia”. Salmo 136:1. Ya el planeta entró  a un grado de vibración altísimo. Tenemos que dejar viejos paradigmas, de odios, remordimientos, de juicios, de peleas, de “dimes y diretes”. Ya el planeta dijo: ¡Basta! Esta enseñanza del Ho’oponopono  es la misma que por años nos ha mostrado la Biblia  y las escuelas esotéricas, pero más fácil de entender como dice Mabel Katz, una de las exponentes más calificadas de este arte o técnica  hawaiana.  "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”. Mateo 7:7.  Tomar el camino o atajo más fácil y rápido. Es un trabajo interno constante y sin pausa. Como la gota de agua que perfora la roca dura y resistente.  Repetir diariamente las cuatro palabras mágicas: lo siento, perdóname, gracias, te amo. Eso es todo. Con esa contraseña borramos todo los errores y afloran las bendiciones.  No quiere decir esto que no tenemos que caminarlo y sentir que cada paso que damos nos acerca más a la meta. A nuestra liberación. A nuestra total plenitud. Uno con el Universo.
Nancy Aguilar Quintero

Ciudad de Panamá, 15 de abril  de 2016

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