El
dinero siempre ha sido motivo de desavenencias, encuentros, desencuentros,
odios, rivalidades, amor y desamor entre los humanos. Muchas emociones y
sentimientos se han asociado con él. ¿Pero qué encanto o desencanto tiene el
dinero para propiciar entre las personas semejante comportamiento? Esto pasa porque todavía a estas alturas
muchas personas no entienden que el dinero es parte de la energía vital divina.
Dios
es la abundancia y nadie debería carecer de nada. Existen muchos muros mentales
que impiden la fluidez de dinero en nuestras vidas. Muros cristalizados como el
diamante que venimos acarrando a nuestras espaldas como fardos pesados y que hacen de nuestra
vida un verdadero martirio. Qué difícil es entender para nosotros los humanos
que el dinero es la Presencia de Dios en la tierra. ¿Qué memorias tenemos que
sanar para que este fluya? Nuestros ancestros y familia inmediata decían que
eran pobres pero honrados, como si la riqueza estuviese reñida con la honradez.
O sea los pobres son honrados y los ricos no. Esas memorias de escases hay que
erradicarlas definitivamente. Somos parte de la creación maravillosa de Dios y no
debemos tener falsos pensamientos ni
ideas erróneas. Limpiar y borrar lo que no esté en orden con la ley Universal
de la Abundancia y el Amor. Nacimos para ser felices, sanos, prósperos y plenos. No tiene
sentido que suframos durante toda la vida ya que al nacer fuimos provistos de
todo para nuestro desenvolvimiento armónico con el Universo. Pidamos,
reclamemos, decretemos la abundancia. Esa es la clave y agradecer todo el día por
las bendiciones de la divinidad. Esta herramienta, arte, enseñanza de vida llamada Ho’oponopono, funciona porque es Ley Divina y nos lo han repetido
hasta la saciedad desde tiempos remotos. “Dad
gracias al Señor porque Él es bueno,
porque es eterna su misericordia”. Salmo 136:1. Ya el planeta entró a un grado de vibración altísimo. Tenemos que
dejar viejos paradigmas, de odios, remordimientos, de juicios, de peleas, de
“dimes y diretes”. Ya el planeta dijo: ¡Basta! Esta enseñanza del Ho’oponopono es la misma que por años nos ha mostrado la
Biblia y las escuelas esotéricas, pero
más fácil de entender como dice Mabel Katz, una de las exponentes más
calificadas de este arte o técnica hawaiana. "Pedid
y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”. Mateo 7:7. Tomar el camino o atajo más fácil y rápido. Es
un trabajo interno constante y sin pausa. Como la gota de agua que perfora la
roca dura y resistente. Repetir
diariamente las cuatro palabras mágicas: lo siento, perdóname, gracias, te amo.
Eso es todo. Con esa contraseña borramos todo los errores y afloran las
bendiciones. No quiere decir esto que no
tenemos que caminarlo y sentir que cada paso que damos nos acerca más a la
meta. A nuestra liberación. A nuestra total plenitud. Uno con el Universo.
Nancy
Aguilar Quintero
Ciudad
de Panamá, 15 de abril de 2016
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